¿Se puede ser de izquierda y tener una buena posición económica?
¿Se puede ser de izquierda y querer un mundo mejor? Las respuestas son dos
rotundos sí y no los juzgo. Yo fui de izquierda en mis inicios de la política,
eso sí con una clara inclinación por el mercado libre que finalmente me impidió
seguir por ese rumbo equivocado, esto se debe a la tradición política de la
mayoría de mis antepasados y nunca me ha faltado algún bien o servicio
extremadamente necesario, no vivo con lujos todos los días pero he disfrutado
de la buena vida en este sistema medianamente capitalista, con relativa
libertad económica y social.
Cuando eres
un burgués de izquierda, tienes una especie de romanticismo filosófico por los
revolucionarios que querían cambiar el mundo –para bien según ellos- con métodos
atroces y extremistas, porque a veces el lavado de cerebro es tan fuerte contra
el autoritarismo de las clases dominantes que piensas que esos aspirantes a dictadores
totalitarios son mucho mejores personas que los gobernantes de turno, porque
ingenuamente puedes creer que ellos tienen las banderas de libertad, igualdad y
compañerismo incondicional por las clases explotadas.
La
izquierda de hoy es una amplia gama de variedades, todos estos grupos
construyen “castillos en el aire” mientras más agitado sea el vuelo, más
complicado será el aterrizaje, además si estás por muchos años absorbiendo
ideas de izquierda y pensando que son correctas, el síndrome de abstinencia
puede ser lapidario, porque vivir en una realidad alterna lo es. No se puede
buscar la libertad de las clases explotadas a costa de agredir a un conjunto de
individuos que saben manejar un área de la cooperación social y la división del
trabajo. Nunca creí en la “lucha de clases” que plantea Marx, de hecho cuando
leí por primera vez el manifiesto comunista tuve ganas de tirarlo a la basura,
es un claro inicio para quién se quiere introducir en la lucha violenta contra
otras personas ¿Para encontrar qué?
A pesar de
toda la negatividad que les podría seguir comentando, mi esperanza es
acogedora. Muchos jóvenes de izquierda a quienes les ha ido bien en la vida
pueden entender el principio de no-agresión y que si sus ideales tienen que
implementarse con el uso de la fuerza sostenido en el largo plazo no vale la
pena luchar por ellos, la liberación de las clases explotadas –si es que
nuestros sentimientos nos indican que existen- se daría de mejor manera si nos
embarcamos en la batalla de las ideas para llegar a la libertad, es tan simple
como conseguir paz a través de los intercambios voluntarios de los individuos
libres, sin la intervención de una autoridad agresiva que busca dirigir y
moldear según sus intereses.
La
confianza es necesaria para la libertad, por lo que si un ser humano cualquiera
les entrega su confianza deberían cuidarla como el tesoro más preciado alguna
vez en sus vidas. Para que exista libertad debe existir confianza y
responsabilidad, los sistemas más exitosos han logrado constituirse producto de
pensamientos correctos y respetando el uso de la creatividad de las personas,
lo que necesitamos para superar los problemas es fe y un mecanismo de razonar
lo que mejor resulta en la realidad, no podemos aspirar a un paraíso en la
tierra sin trabajo, confianza, libertad y paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario